viernes, 24 de julio de 2015

REBELIÓN POSPUESTA: SINISTER - DIABOLICAL SUMMONING



1996, Johnny y Camilo en el  recreo del CRISTOFER COLUMBUS


  …Y como te expliqué, es así aquí y en todo el mundo, oe. El undeground sólo vive por el intercambio de teips. En el momento que eso se acabe, muere el movimiento. Oe, Mata Pupiales, ¿qué se puede hacer en estos días con un género tan inundado de propuestas como el def meral?
  No sé, men. Mira, ahí está Jenifer, guao es hermosa. Es la chica más linda del Cristofer Columbus, ¿sabes que tiene una hermana melliza?  Ambas estudiaban en el Americano, pero, a Jenifer la expulsaron porque la encontraron en el baño de varones con un chico y vino a parar acá. Mira lo perfecto que le ajusta el uniforme del colegio, estoy mortalmente seguro de eso ¿me explico, Sincaminovic?
  Hecho verga, loco. Dime Johnny… odio como suena mi apellido. Desde la escuela la gente se me burla por eso: Sincamino, ¿andas perdido? Sincamino, consíguete un burrito sabanero y demás estupideces.
  Sorri, men. Es la costumbre de escuchar tu apellido todos los días en el aula. Tú sabes que no es con mala intención. Ya, men, levanta esa cara, siempre te quedas mirando el piso cuando estás cabreado. Y deja de columpiar el Guolkman con el cable de los audífonos, se te cae y se daña, men. Hay gente en el cole que piensa que eres mongolo o enfermo mental por eso, porque te cojes la guata en frente de todos y porque tienes 21 ¿me explico?
  Yaf, es que yo soy harto graink def meral gor, no como esta gente muerta que no tiene pasión en su vida, Jenifer también marcha en la colada… jamas, me le declaré y me dijo que no.
  Es que ella vacila con Toto.
  ¿El gallo bello aniñadito de Velásquez?
  Sí.
  ¿Cómo puedes ser amigo de ese man?
  Es buen dato, él y su viejo me pasan recogiendo todos los días por mi casa para venir al colegio. Tiene una torre de cidis originales, todos de metal.
  ¿Ese roquerito pan de dulce? ¿Ese metalero galán? El meral debe ser caos y porquería, ni siquiera tiene el pelo largo. El mán aplica la de: soy metalero, soy malo, soy misterioso… pero también me enamoro y tengo mi corazoncito. Es un poserillo…
  Ayer en el recreo, Toto, me contó que se pelearon y rompieron. Pero, a la salida iban tomados de la mano. Hoy en el carro me dijo que Jenifer rogó para que volvieran.
  ¡MENTIROSO ESE POSERILLO! ¡Flaco de a ver..! 
  Debe ser el hombre más feliz de la tierra, cómo lo envidio, men. Si yo tuviera una chica así de linda como Jenifer, no la dejaría nunca, nunca, nunca. Ese cabello largo, liso y sedoso. Mírale las capas del pelo, y el cuerpo. ¡Qué rica! Me gusta porque es sencillita, no usa perfumes, sólo huele a jabón de olor y champú. ¡Qué envidia! Pero, envidia sana, men. ¿me explico?
  Ninguna envidia es sana. O envidas o no, nada de medias tintas, por algo es un pecado mortal. Mírate SEVEN.
  Chuzo, Johnny, tú le ves todo lo malo a las cosas.
  Piensa mal y acertarás… ¿jamas? Además, bien jodido que una pelada así te pare bola, Mata Pupiales. Si  a mí que soy colorado me rechazó, a ti ni la hora te da.
  Hablas huevadas, Sincamino…
  Por lo menos mi nombre no suena torreja, Camilo. Creo que hay un maricón al que promocionan en un programa de farándula que se llama así.
  No importa, en algún momento ese maldito programa saldrá del aire y seré libre de ese tormento.
  Te voy a decir la naple, Camilo… mientras estés en el colegio cada vez que le digas tu nombre a una pelada, la man se acordará del torreja que se autocla… auproto…
  …autoproclama el divo de la farándula ecuatoriana. Autoproclama es la palabra, Sincaminovic.
  Yaf, como chú… sea. Mira este teip, el Diabólical Sumonin de Sinister en cinta de cobalto, o-ri-gi-nal.
  ¡Guao, qué bacán! Ponlo en el Guolkman.
  Te lo presto, pero antes debes saber lo que estás a punto de escuchar, aguanta un chance, tengo la reseña que escribí del teip aquí en el cuaderno, así que para bola.
  ¿Qué, vas a leerla? Yo quiero escuchar la música, men.
  Entonces no te presto ni ver…
  Ya, ya, lee tu huevada.
  El DIABÓLICAL SUMONIN de Sinister es un ejemplo claro de que las producciones artísticas de antaño son por mucho, mejores, íntegras y concisas que las de ahora. DIABOLICAL SUMONIN es un álbum de 1993, que cuenta con un sonido impecable, un concepto macabro y disfruta de una de las cualidades que todo gran álbum de def meral tiene.
  ¿Cuál, Johnny?
  Corta duración, 33 minutos. Tema tras tema se mantiene sólido, entretenido e interesante. El factor más importante de la ejecución es el “Groove” en los instrumentos de cuerda, y eso es algo que marca este trabajo fonográfico desde la línea de bajo de “Sadistic Intent” con la que comienza la obra, hasta el riff final de “Mystical Illusions”. La batería acompaña de manera rítmicamente precisa el resto de la instrumentalización y es ejemplo claro de que no hay que ejecutar el death metal de manera frenética para que suene iracundo, demencial y caótico. Las vocales son desgarradoras. Mantienen gruñidos opacos y muy sobrios, que por momentos encajan rítmicamente con los instrumentos de cuerda, creando un efecto memorizado de las estrofas y los coros de los temas.
  ¿Cómo?
   Es decir, que uno recuerda tal o cual tema del álbum por tal o cual estrofa en el momento en el que la escucha, y más que todo después haber recorrido todas las canciones del álbum. En los puentes de los temas, las vocales se extienden por varios segundos logrando ese clásico remezón auditivo propio del Def meral que eriza la piel, ¿Jamas?
  ¡Es verdad! Me ha pasado escuchando Sepultura.
  Y aquí va la yapa:
 El mayor valor de álbumes como este, es que se puede escuchar de 3 a 5 veces sin que la repetición llegue a ser cansona y que por otra parte uno vaya descubriendo detalles y genialidades a las cuales no les prestamos atención veces anteriores. Bien reza el dicho de que en la repetición está el gusto, ya sea con sonido ambiental de parlantes o con audífonos, DIABOLICAL SUMONIN es adictivo. Mientras más se lo escucha más se vuelve parte de uno y tiene esa cualidad de dar inconscientemente vueltas en tu cabeza con sus rifs afilados y estruendos machacantes mucho tiempo después de haber finalizado. Ser concretamente memorable y  pasar la prueba del tiempo son índices de calidad en una contemporaneidad en la cual el arte se vuelve cada vez más superficial en todos los ámbitos.
  Guao, gordo, no te trabaste en ningún momento. Buen análisis, men. Y todo ese lenguaje, ¿de dónde lo sacaste, men?
  Es que leo bastantes reseñas en los fanzines que me llegan con los demos y como esta porquería es la que más amo en la vida, ya pues…Oe ya mismo suena el timbre del recreo, paguémosle a don Hurtado para fugarnos.
  ¿Y a dónde?
  A las oficinas del correo, tengo la notificación de un paquete recién llegado de Polonia. Llegaron unos demos de una banda nueva, Necrony se llama. Oe, de ahí si quieres acompáñame a un ensayo de mi banda.
  Chévere, men. Ya pues, párate, vamos a la puerta.
 
  ¿Qué pasa, Sincaminovic?
  Oe, Mata Pupiales, me das por debajo del hombro. No me había dado cuenta antes, porque sólo pasamos sentados escuchando música en los recreos…Eres enano, ¿jamas?
  Hablas huevadas, Sincamino… al lado tuyo, claro que soy patucho. Pero, mira al resto de chicos, hay bastantes que son patuchos también.
  Y negros.
  Negro es don Hurtado, yo soy canelita que es diferente, men.
  Canelita… ¡Cholo es lo que eres!
  Y tú un gordo fofo. Mira, ahí viene Toto.
  Flaco de a ver…hazte el loco, enano.
  ¡Habla, Toto!
  ¡Habla, pitufo!
  ¿De qué te ríes, Sincamino, men?
  De que todos tus panas te dicen así.
  Ufff, también te hiciste friend del pitufo.
  Lo estoy cogiendo a cargo para que sepa de verdadero meral: def, grink, gor, bl…
  …Toto, men, mira. Jenifer está esperándote en la fila de tu curso para que te formes con el resto. Está que mira para acá, tiene cara de molesta.
  Ufff, no le pares bola, es pegajosa esa peladita, que “mi gordo” por aquí, que “mi gordo” más acá, ya se cree con derecho la pobrecita. Anyway, mi viejo ya terminó de amoblar mi depar en los Pinos. Dice que como ya soy mayor de edad debo aprender a vivir sólo. Le pedí la casa de la Alborada, pero me mandó a la shit. Cree que porque él se crió en un barrio así, yo también. Lucky me, porque hay una tienda en el condominio habitacional que está junto al mío, ahorro exponerme a las lacras que hay por ahí. Por eso también no me quiere dar el Suzuki. Nos tocará bus de ida y bus de vuelta de ahora en adelante, pitufo.
  Chuzo, men
  Thats a shame (en esa época también sonaba como masachein). Sincaminovic, tú tienes un Honda, ¿no?
  Yaf.
  Aprovechando, que se están fugando me les uno, les pago los cinco mil sucres que hay que darle a don Hurtado y la gasolina. Pero primero me dejan botado en los Pinos, así de una vez conocen y si quieren caen después de que hayan terminado lo suyo.
  Yaf, con tal de que no se haga costumbre, me parece bien.







viernes, 12 de junio de 2015

REBELIÓN POSPUESTA: El ondergoun de los noventa.


 Apartamento de Toto en los Pinos, a 2 horas del reencuentro.
  Así que el Gordo está cambiado.
Dijo Toto, después  de terminar su segunda cerveza, encendió otro cigarrillo, sacó 2 frías más del refrigerador y siguió hablando.
  Pitufo, recuerdas que cuando lo conocimos en el colegio, sospechábamos que Johnny tenía un ligero retraso mental. Por su sintaxis y ortografía de un niño de 10 años, ufff, además de que era lento para entender las cosas… anyway, a pesar de eso tenía buen gusto musical. Él en ese tiempo era recontra fanático de la bomba underground de principios y mediados de los 90. Hay un documental extensísimo sobre la cultura metalera de esa época…
  Seee, como de 2 horas.
  El gordo te metió en el under, ¿no? Pero, cuenta toda shit… aguanta…
Tomás dirigió la lente de su celular hacia mí y dijo:
—Esta shit hay que grabarla.
  Déjate de huevadas, Toto…no seas ridículo, men. Para eso no te da pereza, ¿no?
El expresar sentido de vergüenza de mi parte fue un acto protocolario, en realidad me atrajo la idea de grabar mis impresiones acerca de esa época. Tengo una atracción definida hacia lo nostálgico.
  Gay, para la colección, quiero ver este tipo de cosas después de unos años y entretenerme con las diferencias. El gordo te metió en el under… dale:
Para la colección se ha dicho, una luz roja junto al lente comenzó a parpadear.
  Seee, en ese tiempo era pelado zeta, ni cigarrillo había probado, ¿me explico? Con el afán de venderme un casete, en uno de los recreos, Johnny Sins me expuso que el ondergraun era un movimiento independiente de metal extremo extendido en todo el mundo. Un grupo de amigos armaban su banda de det, dum, grain o blac metal; creaban sus propios temas, dos o tres; los grababan en un buen estudio; y los editaban como demo. ¿Te acuerdas de los demos, Toto?
Mi cerveza estaba a la mitad a diferencia de la de mi pana, que se veía recién empezada. Soy muy impulsivo para beber y comer, lo hago como si estuviera en una carrera contra el tiempo. A pesar de que las cervezas no salieron enteramente de su bolsillo, Toto también comparaba el contenido de cada botella con la mirada, movió su cabeza a los lados indicando desaprobación, la luz roja no parpadeó más y respondió con fastidio:
  Gay, ya mismo te acabas la cerveza.
  Yo también puse, no sufras, peditos.
  Chúpala, pitufo… hay pocas, I dont have money. Ufff, al ritmo que vas, te las terminarás tomando todas. ¿Vas a poner más?
Si el tipo fuera un alcohólico consagrado, su lloriqueo tuviera fundamento. Reclama porque tiene esa maldita tendencia en reprimir a los demás.
  Fácil, lo llamamos al gordo para que ponga el resto, men.
Dudó por unos segundos y respondió poco convencido:
  ¿Y la pereza de entender al tipo? Te vas a la verga, no quiero ver a ese gordo mantecoso hoy— bebió un largo trago y devolvió la botella a la mesa. Se mantuvo ausente por unos segundos más y preguntó— ¿En qué estábamos?
  Los demos, flaco, los demos…
Levantó el dedo índice, miró hacia un lado como si se concentrara en un solo punto y dijo en voz alta:
  ¡Aaaah, yaaaaa! Indeed…
Después de esa afirmación debió de la botella hasta dejarla seca, reanudó la grabación y añadió:
   …esas cintas demostrativas de la música de  bandas under. Ufff, en ese tiempo los demos se fabricaban independientemente por el distribuidor. La banda mandaba un Master,  que era un cassette de alta fidelidad con los temas; y los cancioneros del demo, con su respectiva portada al distribuidor. El distribuidor se encargaba de armar el demo por encargo. Generalmente los distribuidores tenían las cintas en blanco listas, las compraban en la bahía. Algunos te vendían los demos en cintas cobaltadas. La mejor cinta cobaltaba que recuerdo, era la SR de Sony. La cinta era totalmente negra y olía rico. Había otras buenas cintas como la UX. Recuerda que en entre el 93 y el 98 era un lujo comprarse un CD. Ufff, todavía no existían descargas gratuitas en internet. Entonces si querías apañar grandes cantidades de música, tenías que grabarlas en cassettes.
Al escuchar eso recordé varias portadas de demos que alguna vez llegaron a mis manos. Especialmente la de Necrony, una ilustración en blanco y negro estilo carboncillo de un absceso craneal a través del cual se apreciaba en detalle el cerebro de un sujeto en estado de descomposición. Salté de la silla, en un arranque de entusiasmo y añadí:
  Seee, coleccionar música subterránea de tu género favorito en ese entonces era un vicio. Las portadas, las propuestas musicales, la diversidad, ¿me explico? Yo era fanático a muerte del Det Metal, escuchaba pura música mata gallinas. En ese tiempo Johnny era distribuidor de demos y un fanático a muerte del estilo. Y lo mejor de todo,  formó una banda estridente.
Aproveché que estaba de pie, y fui por un par más de heladas a la nevera, mientras la lente seguía encima de mí. Acerqué una a mi pana y después de darle vuelta a la tapa de la mía con un trapo oscurecido por el uso, volví a mi lugar y Toto continuó.
  Off course, tú  trajiste acá al Gordo después de un ensayo una de las veces que se fugaron del colegio.
Esta vez enfocó la botella de cerveza bañada en una cubierta de escarcha cuando continué con el relato:
  Ajá, justamente ese día Johnny Sins llevó un encargo recién llegadito de europa. Le compré unas cintas y nos pusimos a conversar de bandas. Toto, yo era un cojudo al lado de Johnny, ¿me explico?, lo máximo que había escuchado era Sepultura. Él tenía todos los discos, o-ri-gi-na-les de Díesaid. Se emocionaba hasta el punto de caer verga, cada vez que escuchaba el bajo prodigioso de Alex Guebster de Canibal Corps, y prefería encerrase en su cuarto a oír una maratón de Rotin Craist, sobre cualquier otra actividad nocturna con nosotros.
El flaco asintió con la cabeza, sonrió ligeramente, buscó en la refri dos bielas más, filmando todo el trayecto, una vez acomodadas las botellas dirigió el celular hacia mí y desde el mesón de la cocina comentó:
  Indeed, eran chéveres esas épocas, ufff, uno valoraba más la música que tenía en frente, así fuera mala, porque costaba tiempo y dinero importar los demos. Entonces escuchar uno de esos cassettes era casi una primicia.
   Entre una de las cintas que me vendió, estaba la de Necrony. Al principio yo tenía recelo de escuchar estas bandas, porque dudaba de la calidad de su sonido, ¿me explico? Pero el gordo tomó la cinta de Necrony y puso un tema memorable: Aqui-ut piencéfalus and cerebral decompostur.
  Ufff, era bien extremo ese Gordo, no dejo de pensar que esa era su pasión. Hay que admitir, con todo lo trastornado y mala vibra que era en esa época, tenía una sensibilidad única para reconocer los detalles precisos y los arreglos medulares de las bandas que escuchaba ese gay.
  Seee…fue soberbiamente canónico para clasificar sus gustos, no como los metaleritos de esta época, que asisten a un concierto porque les aparece la notificación del evento en sus muros de Feisbuc, ¿me explico? Eso fue entonces, ahora cuando le hablas de metal a Johnny Sins demuestra poco interés en el tema, dice que sí escucha una que otra banda esporádicamente, pero para el propósito de que una chica pague piso, prefiere la salsa, bachata y vallenatos.
  Es que tanto de lo mismo harta, muy hablado, llama al Gordo para hacer el reencuentro, además, se acabaron las cervezas.

Un bip sonó desde los altavoces del aparato y Tomás llevó su atención a la pantalla rectangular del celular.

lunes, 23 de marzo de 2015

REBELIÓN POSPUESTA: HUMO Y SOLEDAD 5



 
HUMO Y SOLEDAD
5
Apartamento de Toto en los Pinos, 8 meses antes del reencuentro

Me levanto, enciendo un cigarrillo, agarro la botella all natural y miro hacia su habitación. Las cortinas azules de su cuarto están cerradas, todas las luces apagadas, excepto la del baño. Desde la ventana de su cocina, la sala se ve desierta. La madrugada está fría, sólo el pasar de algunos vehículos y lejanos ladridos se suman al escenario. Me pregunto si la morochita tuca estará en vigilia. Un perchero plástico con pinzas donde colgaba sus interiores ahora se suspende sin prendas desde su ventana.
Empujo el letrero que lleva a mi cuarto. No quiero leer nada ahora. Duermo, despierto asustado de un mal sueño. Todavía tengo los ojos de Jennifer en mi cabeza, recuerdo a la Negra y me pregunto si las personas podemos reencarnar en animales, para buscar afecto en los que en vida amamos. La ridiculez y cursilería de esa idea me conforta, pero no es suficiente como para quitarme la mirada quebrada de Jennifer de la mente. Siento culpa y por primera vez en 8 años, lloro por el alma de “mi gorda” y el bebé que nunca tuvimos. Me siento extraño y fuera de lugar, sin embargo siento que es necesario. Intento dormir de nuevo, pero despierto hora y media después producto de otra pesadilla. Me levanto, enciendo un cigarrillo, agarro la botella all natural y miro hacia su habitación. Las cortinas azules siguen cerradas.














miércoles, 18 de marzo de 2015

REBELIÓN POSPUESTA: Los viejitos moderfoquer y la morena voluptuosa.



Los viejitos moderfoquer y la morena voluptuosa.
(Condominios familiares de los pinos, norte de Guayaquil)
Una vez fuera del bloque, nos dirigimos a la tienda/papelería/cerrajería de los viejitos: LA VOLUNTAD DE DIOS, cada vez que Toto menciona el nombre del local de los ancianos, añade que no le genera confianza la idea que ese nombre manifiesta. Típico chiste ateo. 
Un terreno baldío de 60 metros donde debería estar otro condominio familiar, pero que cumple la función de parqueadero es lo único que nos separa de la despensa. A pocos metros de nuestro destino se percibe el  penetrante amoniaco de la orina concentrada de 12 gatos, mascotas de los ancianos. Algunos dormían encima de los estantes que protegen los productos de consumo diario, otros eran bolas de pelos estáticas a los pies del anciano, proyectando ese aspecto de adornos que los gatos saben transmitir.
Don Enrique, sentado junto a una fotocopiadora revisaba en contraluz una hoja, asegurándose de que la reproducción esté clara, del otro lado de la reja que nos separaba del anciano, una muchacha alta y morena contaba los segundos con su pie derecho, mientras le rascaba la barbilla a una minina anaranjada y gorda que bajó de la cima del anaquel de fideos para saludarla. Después de escanear el cuerpo de la voluptuosa joven, mi pana y yo nos miramos y en un gesto aprobatorio convenimos que la muchacha estaba como para que pague piso. Acto seguido Toto, saludó al anciano.
  Hi.
Don Enrique enfocó inmediatamente su atención hacia donde nosotros estábamos. En una expresión de la más sincera cordialidad, como quien se encuentra con un amigo de años, el anciano respondió:
  Hi, buddy, How are you… Aquí tiene— dijo y acercó la página hacia la muchacha agraciada que esperaba quién sabe desde hace cuantos minutos su fotocopia, acto seguido, nos vio con una extrañeza total y dejó de medir el tiempo con su pie, la gata seguía ronroneado del gusto. Don Enrique continuo:
  How can I help u?
  I want 8 beers, a full pack of cigarettes and a big bag of snacks— Respondió Toto con acento forzado y preguntó por la perra de los ancianos— Wheres the dog?— El anciano se encogió de hombros, hechó abajo la sonrisa inicial y musitó:
  Negra, passed away last nigth— Al enterarse que la perra murió la noche anterior, con un tono sinceramente penoso Tomás respondió:
  That`s a shame…(que en realidad sonó como masachein)
Después de escuchar el lamento de Toto inmediatamente recordé que algunos sociópatas los enternecen los animales y los niños pequeños.
Para el anciano el sentimiento lastimero por el animal fue mutuo e inquirió con gran preocupación:
  Are you okey?
  Im fine, thanks, im here with my friend, u remember him?
  Sot of— El anciano me miró cómo quien tiene la respuesta a una pregunta en la punta de la lengua pero no está seguro de que sea la correcta. Entonces intervine.
  im Camilo, Don Enrique—
  ¿Camilo? No, I dont remember…— La chica nos brindó una mueca burlona disfrazada de sonrisa de la cual esbozó un “Bye” (pero hay grandes probabilidades de que para ella, bye se escribe bay) y desapareció de la escena con su copia en mano, la gata gorda maulló.
Realmente me sentí el rey de la pretensión tratando de hablar en inglés con el viejo, pero, aquí va la razón de tan ridícula circunstancia:
Los viejitos eran una pareja de ancianos que desde nuestros tiempos de colegio atendían una tienda propia en el bloque vecino al de Toto. Esos viejitos, o como los bautizó Toto, los Viejitos Moderfoquer, siempre nos han proveído de cigarrillos, comida chatarra y trago. Ahora, el señor, que es oriundo de Costa Rica y habla inglés, está un poco senil, y desde hace año y medio, según lo que me contó mi pana, el anciano empezó a no reconocerlo y esto alargaba la espera al momento de comprar algo en la tienda, especialmente cuando había tres o más personas a la vez. Ante esa situación Toto, empezó a hablarle en inglés para que lo reconozca de inmediato y lo atienda antes que al resto. Yo le hablé en inglés porque quería impresionar a la morena voluptuosa. Ante esa afirmación Toto arrugó el rostro y no le pareció (de nuevo dijo: I dont think so…) que “morena voluptuosa” era un buen apodo para la chica. Cuando subíamos, Tomás dio respuestas a todas mis inquietudes sobre ella. Reside en el tercer piso del bloque de los Viejitos Moderfoquer, tiene la costumbre de colgar sus interiores en las rejas de su ventana y comparte el piso con una joven adulta a la que fácilmente se la podría identificar como su hermana.
Regresamos al apartamento con las cervezas, frituras para picar y los infaltables cigarrillos. Mientras destapábamos las botellas y vaciábamos parte la funda gigante de papas rizadas en un plato con el atún, le conté que el Gordo Johnny, ya no era gordo, al contrario, ahora le dicen el Johnny Sins criollo, porque se parece al actor. (Sus compañeros fiesteros de la universidad, yo también le digo así porque concuerda con las 3 primeras letras de su apellido, cuando jode mucho le digo virolo, no lo es, pero suena más insultante que miope) Poco después de que se enemistó con Toto, hace como seis años atrás, continuó su dieta y nunca dejó de trotar en el redondel que divide varias etapas de los Pinos, incluida esta. Posteriormente regresó a estudiar Administración en la Estatal (Allí conoció a su ex esposa) e ingresó en terapia psicológica aprovechando los bajos costos del hospital universitario, donde fue atendido por practicantes de la Facultad de Psicología. Sin embargo, sólo asistió a 3 sesiones, en las cuales expuso temas de su vida que sé hasta el cansancio. Trabaja como distribuidor de implementos de oficina para la empresa de sus padres. Cuando salimos del colegio, con fondos familiares, puso una tienda musical en Plaza Mayor, pero, el negocio se vino a menos en un par de años. Actualmente está dedicado a las drogas y es un mujeriego de proporciones mediocres.
Mientras engullíamos las papas rizadas y las hacíamos pasar con la cerveza, le comenté que desde la primera vez que lo vi con una chola  riquísima, sentí envidia. Ese tipo de envidia en la que provoca matar al tipo, pegarle a la tipa y después violarla. A partir de esa vez no sé cuantas veces lo he matado por envidia. Johnny, es mi pana desde la adolescencia y lo aprecio mucho. Pero es la clase de persona que sin querer le restriega las propias frustraciones a uno en la cara. Todo el mundo tiene  a alguien así en su vida, estoy mortalmente convencido de eso.
Tomás, mostró interés por la vida actual de Johnny, y de una u otra forma se alegraba su éxito con las mujeres porque cuando estábamos en el colegio el Gordo no olía chepa ni de chiste, peor de broma. Para intensificar el sufrimiento del Gordo, el acné le destrozó la cara, especialmente la nariz, le nacían unos forúnculos de dimensiones mutantes y para colmo de males le tocaba ver como Toto se enganchaba justamente las muchachitas de las cuales él se enamoraba.
Después de servir la segunda tanda de cebadas, Toto mencionó las sanguijuelas de grasa.
Johnny vivía, en ese entonces, asqueado de sí mismo; un tema recurrente era sus rollos abdominales, se los frotaba en público y decía: “Oe, se me ocurrieron las sanguijuelas de grasa. ¿Jamas?, sanguijuelas que en vez de chupar sangre, chupen grasa. ¡Qué lipoescultura ni la verga!  El problema con las sanguijuelas de grasa es que a la mayoría de las personas les daría asco. Y sinceramente a mi también. Pero por eso no dejan de tener ser bacanes. Ponte pilas. Van a una farmacia y compran una sanguijuela de grasa. El empleado va y saca una del contenedor donde están las otras, la pone en una cajita transparente y se las entrega. Así de fácil. Como comprar un hámster. Ahora tienen una mascota que los hace lucir bien, literalmente”
Y en verdad me parecía una idea un tanto irreal pero tenía su mérito de creatividad. Sin embargo, el Gordo en vez de quedar como genio imaginativo daba la impresión de estar muy perturbado. Tomás y yo permanentemente le recalcábamos que no hable de eso con las chicas, porque las asustaba, pero Johnny se ensimismaba en su porquería. Bueno, hasta el incidente de la fiesta de navidad, cuando Johnny y Toto se enemistaron, y a partir de eso el Gordo Johnny cambió. No inmediatamente, pero esa fue la antesala de su actual estilo de vida. Johnny ahora vive literalmente en una película porno de bajo presupuesto.
Sins tenía la costumbre de ridiculizarnos delante de gente desconocida. Aún le gusta sacar a luz pública los asuntos privados de la gente que conoce. Ahora lo hace a espaldas de uno.
Tomás tuvo una novia, ella se preñó y meses después abortó el feto, a petición de Toto. La cosa fue, que en la fiesta navideña, además de los padres del flaco, había dos peladas, compañeras de la universidad de Johnny, a las que él les tenía hambre. Pero como el gordo no sabía moverse, se hizo el loco y las chicas terminaron bailando y por ende bacilando con Toto y yo. 
Entonces Johnny  comenzó  a decirnos que éramos unos serrucha piso, según él en broma; cuando todos sabemos que ese tipo de bromas son una forma indirecta de decir lo que realmente uno siente. Poquito a poco, el gordo mandaba las indirectas, primero la gente se reía; después de la quinta broma ya nadie se rió. Entonces Tomás (supongo que cabreado de tanta huevada) le dijo la plena: que porqué se quejaba tanto, si bien él también pudo vacilar tranquilamente; y allí fue cuando todo se vino abajo. El gordo le dijo a Toto: “Yaf, para qué voy a vacilar con una de esas peladas; para después embarazarla y terminar siendo un asesino como tú”
Los padres de Toto hasta ese momento no sabían del aborto, Tomás de ahí en adelante simplemente lo hizo a un lado. Dejó de reunirse con él, atenderle llamadas o recibirlo en el depar.
Hasta el día de hoy.