lunes, 9 de marzo de 2015

REBELIÓN POSPUESTA: MATANDO UN BOSS



Me ha contado la misma historia de su infancia, no sé cuántas veces. Pese a eso, doy oídos una vez más en los recodos de los pisos, mientras bajamos a comprar. Supongo que debió ser muy importante aquella época, justamente cuando sus padres se separaron y estaban en trámites de divorcio, no obstante, cada vez que la escucho se me eriza la piel:
Mi vieja me compró mi primer Nintendo a los 11 años. Para ella era una cuestión más de orgullo, que de complacencia maternal: “¿Cómo puede ser que el gordito de alado tenga el aparato y mi Tomás Tobías no?” Anyway, llegó un viernes borracha, con la cajota: “Mira Tomás Tobías, mira lo que te trajo tu mamita.” Y yo, ufff,  estaba en las nubes. El nintendo venía con Mario 1 y el juego de patos, con la pistola y todo. Después de aburrirme con esos juegos, mi viejo, más por competir con mi mamá, que por amor paternal, empezó a comprarme todos los títulos, que me veía disfrutar en los locales de alquiler en el Garzocentro. Allí fue cuando jugué: Ninja Gaiden, Catlevania, Legend of Zelda, Metroid, Final Fantasy, Metal Gear y Súper Campeones. En ese tiempo la piratería de los juegos de video era provista por China, en unos cartuchos que median la mitad de uno original y en diversos colores. Claro, tenías que comprar el respectivo adaptador para que el minúsculo juego quepa en la bandeja del NES.  Mis cartuchos de Súper Campeones eran amarillos. Los demás cartuchos eran los grises originales, a excepción del de Legend of Zelda, que era totalmente dorado.
Cada fin de semana que me veía con mi papá, él me compraba la Electronic Gaming Monthly en un local del Policentro, una revista legendaria en lo que a videojuegos se refiere. Ufff, tenía el mejor formato sobre la faz de la tierra. Comenzaba con el editorial, continuaba con las cartas de los fans y las repuestas de los columnistas, que por lo general eran bien lol; allí fue cuando le cogí gustito al idioma inglés, sólo por saber cómo los columnistas de la EGM mandaban a la verga a la gente. De allí venían los Previews, o sea la opinión de juegos que no salían aún, y finalizaba con los Reviews, las reseñas de los juegos en boga. Camilo, muchos de los mejores momentos de mi vida, los pasé leyendo esa revista o frente a una pantalla, matando un boss.



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